Fashion Wake-Up Call: MAZ Manuela Álvarez (Colombia)
Escrito por Jorge Malavé
Hay que celebrar como latinoamericanos que nuestra región ha presentado en los últimos años un importante esfuerzo y reconocimiento en temas de creatividad y diseño. Y esto no quiere decir que previamente era inexistente, pues nombres como Carolina Herrera, Narciso Rodríguez u Oscar de La Renta son tomados como referencias, pues fueron en gran parte promotores de un imaginario (muy nuestro) desde otras latitudes; en la actualidad tenemos a Gabriela Hearst, una diseñadora uruguaya que lleva al mundo su visión de sostenibilidad y moda honesta a través de su marca homónima, y también desde la firma parisina Chloé, donde actualmente ejerce como Directora Creativa. Sin embargo, más conscientes de la diversidad y gran riqueza cultural que aún tiene por ofrecer la región, podemos observar una infinidad de propuestas con carácter internacional hechas desde nuestro territorio.
La industria de la moda es el mejor ejemplo de constantes cambios, y aunque muchos países no contemplen -a gran escala- estaciones o reglas que se dan/daban por sentadas del »calendario oficial de la moda», nos encontramos en un momento histórico donde no existe una solución o alternativa colectiva para las industrias, sueños y comunidades que fueron forzadas a estar en »una misma página» debido a la pandemia; esto estimuló una reevaluación de estructuras, muchas ahora obsoletas.
La incertidumbre que muchos vivimos generó una acelerada introspección sobre la inversión de nuestro tiempo y entorno, aspectos que omitíamos por la agitada expectativa de cumplir un sistema insostenible de producción y »posible» consumo. Hoy día, las empresas de moda empiezan a cuestionar ciertas acciones y procesos para tomar nuevos y propios rumbos; más conscientes de las repercusiones.
Consulté con Manuela Álvarez, directora de la marca MAZ Manuela Alvarez, en este gran despertar que enfrentamos como creativos latinoamericanos, su posición y experiencias durante esta crisis.
Durante el periodo en cuarentena muchas empresas de moda latinoamericanas permanecieron activas ¿De qué forma o qué proyectos realizaron durante este tiempo?
Manuela Alvarez (Colombia): Nunca frenamos, por el contrario, trabajamos más fuerte. La caída de la pandemia fue un cimbronazo para todos como personas y empresas. Buscamos la mejor manera para mantenernos vigentes y seguir adelante, pensamos en un principio hasta en confeccionar trajes de bioseguridad y tapabocas, después entendimos que ahora más que nuca debíamos concentrarnos en lo que sabemos hacer realmente. Mantuvimos la comunicación clara y directa con nuestras clientes, siguiéndoles, ofreciendo los productos por los cuales nos buscan. Creamos rápidamente nuestra página web con carro de compra, afianzamos nuestras redes para estar en el “top of mind” de la gente, y seguimos desarrollando nuestra producción y artesanía. Creamos también nuestra colección Spring 2021, para el Bogotá Fashion Week.
Tomando como referencia el calendario global de la industria de la moda ¿Consideras que todas las marcas deban asumirlo?
Manuela Alvarez (Colombia): Esa una decisión muy personal y empresarial de cada marca, en el caso de MAZ, siendo una marca lenta y sostenible, en donde cada colección y sus desarrollos manuales y artesanales, representan una buena cantidad de tiempo para su producción, y en donde partimos muchas veces de la creación de nuestras propias bases textiles, tenemos un acercamiento a la moda menos frenético, en donde nuestro público cada vez entiende más que las piezas hechas a mano son únicas. No somos una marca industrial por lo tanto nuestro modelo de negocio no se trata de sacar de manera veloz nuestros productos, sino sacarlos en el tiempo que requieren contando una historia clara de las manos que los realizan.
¿Qué tipo de responsabilidades como marca asumes al trabajar con comunidades/artesanos?
Manuela Alvarez (Colombia): Considero que la primera gran responsabilidad es tratar de ser lo más respetuoso y sostenible posible. Por un lado, respetuosas del trabajo con comunidades indígenas y artesanas, haciendo siempre un acercamiento consciente y profundo. Cada comunidad artesana o indígena tiene sus particularidades culturales, así que es fundamental entender y respetar estas mismas. Por otro lado, velar por la sostenibilidad del trabajo en el tiempo, generando trabajo de la manera más estable posible, para lograr impactar de manera positiva al artesano y a su comunidad. Creo que la base de este relacionamiento y cualquier otro, es el acercamiento desde nuestra propia humanidad. ¿Quiénes somos? ¿Qué queremos? ¿Qué es eso que nos acerca y nos identifica?