Bea Bongiasca: Danza lúdica en un imaginario multicolor
En el panorama del diseño contemporáneo, es un símbolo de creatividad y audacia. Su incursión en la joyería fina combina un estilo distintivo con el eterno encanto del oro. Hija de los años noventa, la talentosa italiana se inspira en un profundo amor por la cultura pop, infundiendo a sus piezas un caleidoscopio vibrante. Sus joyas representan un alejamiento enérgico de la tradición sin comprometer la calidad, haciéndolas accesibles a las personas de su generación. Desde Milán la creadora nos cuenta en exclusiva, cómo ha sido su ascenso en el competitivo mundo del lujo.
Fotos: Cortesía de la marca.
Agradecimiento especial a Francesca Simons
La diseñadora de joyas Bea Bongiasca nació en Milán en 1990. En 2013, se graduó con honores en Central Saint Martins en Londres, un hito que marcó el nacimiento de su marca y estudio homónimo en Milán, la colección debut de Bea, ‘No Rice, No Life’, hizo su cautivador debut en el número 10 de Corso durante la Semana de la Moda de Milán en septiembre de 2014 antes de exhibir sus colecciones en prestigiosos escaparates, como una exposición individual en la Galleria Antonella Villanova en la sección de Diseño de Art Basel: Miami Beach.
Al reconocer sus notables logros, Forbes incluyó a Bea en su estimada «Promoción 30 menores de 30 de Europa de 2017» en las categorías de Fundadores de artes. En 2019, abrió su tienda insignia en Via Solferino de Milán, diseñada por Locatelli Partners para encarnar los atributos centrales de color, cultura pop y estética kawaii de la marca. Desde entonces, la innovación de su imaginario ha ganado un público devoto de celebridades, como: Dua Lipa, Miley Cyrus, Bella Hadid, Zara Larsson, Leandra Medine, Eva Chen, Julia Roberts y Tessa Thompson.
¿Cómo empezó tu pasión por la joyería?
Cuando estaba en la escuela secundaria me postulé al Central Saint Martins College en Londres. A partir de ahí tuve la oportunidad de probar diferentes áreas dentro del mundo creativo, desde diseño gráfico hasta moda y artes. Durante una de las clases, me topé con en el taller de joyería y fue amor a primera vista, así que me postulé a la licenciatura en Diseño de Joyería. Me gradué tres años después con honores.
¿Qué te inspira?
Me inspiración proviene de diversas influencias que abarcan desde la belleza de la naturaleza hasta los vibrantes paisajes urbanos de ciudades como Tokio. Una muestra de esta fusión se percibe en You´re so Vine! que guarda gran relación son la colección anterior Floricultural, en la cual exploro el lenguaje de los aradores y los reinos botánicos. Esta temática se enfoca en cómo las piezas florecen, gracias a las coloridas enredaderas diseñadas con esmalte, creando un espectro de colores, rara vez visto en la joyería tradicional.
Cuéntanos sobre la primera pieza de joyería que diseñaste
Las primeras joyas las inspiró un proyecto de arte. Tenía piezas de comida en miniatura, las había comprado en un viaje a Japón y decidí usarlas en aretes y anillos. Era muy kitsch y pop, además de colorido, así que el núcleo de mi identidad de diseñadora ya estaba presente en ese entonces.
¿La joyería es mucho más democrática que la moda?
La joyería es más versátil tanto en edad, tamaño y estilo. En este aspecto no tiene límites.
¿Qué te diferencia de otras marcas?
Mis clientes se identifican porque tiene un carácter lúdico. En un mundo donde cada día aparece una nueva marca de joyería, es importante tener una visión que te diferencie del resto. Soy pop y divertida, pero al mismo tiempo contemporánea y elegante.
¿Cuáles fueron algunos de los desafíos que surgieron al lanzar tu firma homónima?
Comencé a finales de 2013, justo después de graduarme de la universidad. Decidí enfocarme en algo propio en lugar de trabajar para otros. Al regresar a Milán me llevó un año poner todo en orden. Al final lancé la primera colección ‘No Rice, No Life’ en septiembre de 2014 durante la Semana de la Moda de Milán. Siempre hay muchos desafíos al iniciar un negocio. Lo importante es poder superarlos y seguir avanzando hacia tu objetivo.
Hace 11 años lanzaste tu firma, ¿qué reflexiones surgen al respecto?
Estoy realmente agradecida. Aunque muchas veces una marca suele tener grandes desafíos. En un mundo ideal, me encantaría poder centrarme únicamente en el lado creativo, que es mi verdadera pasión, pero cuando diriges un negocio, el lado emprendedor es, en última instancia, lo que ocupa la mayor parte de tu tiempo. Seguramente la idea que tuve once años atrás era diferente, pero se aprende a medida que se crece.
La autenticidad como leit motiv
El color es algo para lo que tienes gran ojo. ¿Cómo es el proceso de elección de los tonos en tus piezas?
Cuando elijo las combinaciones de colores de piedras preciosas, esmalte y oro suelen ser tonos atrevidos. Son toques que emergen de un ambiente neutro. Es más interesante y elegante que usar colores vibrantes de pies a cabeza.
¿Consideras alguna tendencia atemporal?
Todas las joyas son atemporales. El oro y la plata son más populares. En este momento son tendencia. La diferencia es que siempre volverás a usar tus joyas a pesar de las tendencias, quizás no se pueda decir lo mismo de la ropa o los complementos.
Muchas celebridades lucen tus diseños. ¿A quién te gustaría ver luciendo una de tus piezas?
En realidad, mi mayor aspiración es ver a alguien luciendo mis joyas en la calle, la fila de migración de un aeropuerto o en la playa de otro país. Obviamente, si Rosalía los usara, estaría tan feliz que incluso podría perder más lágrimas de alegría como lo hice cuando Dua Lipa comenzó a usarlos.
¿Tienes algún proyecto en mente?
Me gustaría abrir más tiendas como nuestra Kawaii flagship en Milán en Via Solferino 25, porque realmente te permite presentar las joyas de la mejor manera posible, alineadas con los valores y el aspecto de la marca. Me gustaría crear más experiencias interactivas. De esta forma podría involucrarnos más con nuestra comunidad. Así comunicaríamos mejor las historias detrás de las joyas, colaborar con marcas que comparten los mismos valores y seguir haciendo pop-ups en todo el mundo.
En esta edición rendimos homenaje a la conexión entre los cuatro elementos en el mundo del lujo. ¿Con cuál te identificas?
Fuego, como triple Sagitario, no podía elegir ningún otro elemento. Está relacionado con la pasión: una emoción que usamos para hacer joyas, por lo que es perfecto para mí.
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