Carlos Huber, el arquitecto de fragancias
El diseñador de aromas de origen mexicano, que bajo la premisa de “lujo inteligente”, se ha convertido en una referencia en la perfumería de autor
Por: Gianfranco Berardinelli/ @lord_gian
Siempre que la palabra lujo está asociada a algún momento, objeto, producto o experiencia el olfato es sin lugar a duda, una de las grandes características. La memoria olfativa del ser humano, puede viajar a experiencias vividas, en las que aún sin tener conciencia propia, siempre nuestro inconsciente regresará a ese determinado “momento”; cuando de historias se trata Arquiste guarda un lugar privilegiado entre los seguidores de perfumería de autor.
El arquitecto y diseñador de aromas de origen mexicano, Carlos Huber, es el fundador de esta exclusiva casa de fragancias, que más allá de cualquier aroma agradable, desarrolla experiencias olfativas teniendo como inspiración lugares, momentos e historias memorables. Arquiste, se plantea en diseñar fragancias que generan sensaciones y que además abrazan la sensibilidad y particularidad de lo que él mismo denomina “un lujo inteligente”.
Durante este satisfactorio camino en el desarrollo y engranaje de fragancias, Arquiste, ha recibido reconocimientos que le han valido su puesto en este particular mundo de fragancias de nicho, como es el reconocimiento otorgado por The Fragance Foundation en el año 2021. Carlos conversó con Velvet a propósito de su exitosa carrera:
¿Como arquitecto, por qué la perfumería de autor?
Creo que la disciplina de arquitectura al final es gestión de proyectos, es coordinar y programar una construcción, es coordinar el diseño de todas las partes para crear algo nuevo. Esto se traduce también en el diseño de fragancias porque al final estamos creando un producto, es la combinación de materias primas para crear un aroma. Tanto en arquitectura como en un perfume, estamos hablando de diseñar una experiencia, el arquitecto lo hace a través de volúmenes y espacios, el perfumista lo hace a través de sensaciones y aromas.
El arquitecto se debe a la optimización del espacio, el perfumista se debe…
El perfumista se debe a la optimización de las sensaciones a través de los aromas, entonces es crear una esencia y un mensaje nuevo a través de diferentes códigos. Es un idioma, usamos diferentes palabras para decir algo, en un perfume utilizamos diferentes materias primas para crear una sensación.
En Arquiste cada fragancia viene acompañada de una historia…
En Arquiste todos los momentos tienen una evocación y una investigación verídica de un lugar y un momento histórico. Son intereses míos, cosas que he experimentado o encontrado en viajes; están ligados a mis intereses, y eso me gusta porque la gente puede participar en momentos históricos y hacerlos suyos.
¿Cómo fluye el engranaje de una fragancia de Arquiste?
Empezamos con una investigación histórica, que es probablemente de un paisaje, un edificio, o un momento que hemos escogido para evocar una experiencia olfativa; llego con eso al perfumista y ya habiendo identificado las materias primas y notas que queremos destacar, las empezamos a combinar en una formula y agregamos notas que puedan funcionar de soporte. Es como un arquitecto y su constructor. Una vez que está listo el primer borrador, lo vamos modificando. El desarrollo de sólo una fragancia nos puede tomar desde un mes, hasta dos años donde vamos editando hasta que quedamos contentos.
¿De perfume o de Eau de Toilette?
Cada uno de los dos tiene un motivo y un objetivo en específico, el perfume es más concentrado, lo usamos cuando queremos más duración y fijación en el cuerpo. El Eau de Toilette, es algo más refrescante y tonificante, algo en lo que se usa ingredientes más cítricos, más florales, más frescos y son fragancias que están para dar la sensación más de frescura. Cada uno tiene su belleza, no hay uno que sea mejor que el otro.
¿Por qué opinas que Arquiste es la mayor aproximación a “un lujo inteligente”?
Me refiero al lujo inteligente porque hay una investigación histórica, verídica, muy detallada y minuciosa detrás, hay un storytelling que valora mucho la inteligencia del consumidor. No estamos haciendo historias escritas con la búsqueda de vender, estamos haciendo historias de perfumes que cuentan algo y es ese el lujo inteligente. Es algo que valoro mucho, cuando una marca toma en cuenta mi intelecto, que me considera como alguien que tiene algo que aprender y creo que satisfacer la curiosidad del consumidor, darles algo que eleve su día con algo funcional, inspirador, artístico e histórico me parece algo lujoso. Es encontrar la belleza más allá de la vanidad.